¿Podemos enseñar ajedrez a niños de Infantil y Primaria?


C.E.I.P. Capellanía del Yágabo- Arrecife

¿Podemos enseñar ajedrez a niños muy pequeños, por ejemplo, a niños de 2 años y medio? 



Creo, y mi experiencia me lo demuestra, que sí. Sabemos que el juego es esencial en el desarrollo cerebral del niño: ya está demostrado que jugar ayuda a crear nuevas conexiones cerebrales, socializa, relaciona al niño con su entorno… El monitor de ajedrez en las etapas de Preescolar e Infantil no puede dejar nunca de tener esto en cuenta, porque además, el cerebro “tiene adicción” a lo que le divierte: lo que gusta tiene más probabilidades de que vuelva a realizarse. Por tanto, este es el primer consejo que quiero dar a quienes emprendan la difícil pero apasionante tarea de enseñar ajedrez a los muy pequeños: enfóquelo siempre como un juego.


Se puede intentar que el niño aprenda el movimiento del caballo en el tablero mural, explicando con nuestra mejor voluntad cómo se mueve, cómo es ese difícil movimiento de adelante y hacia el lado, cómo puede “saltar” por encima de otras piezas… Esto sería un aprendizaje, en suma, tradicional. 








Monitores, educadores y padres debemos aprovechar para jugar, motivar, crear vínculos y estimular ese pequeño cerebro que está en constante desarrollo de los niños. PERO, y esto quiero resaltarlo, los niños pueden ya a muy cortas edades, aprender a jugar al ajedrez, no solo “jugar con el ajedrez”. Quiero explicar este concepto: a veces he visto que ciertos monitores entienden el ajedrez educativo para los más pequeños como algo que se basa en divertirse con motivos ajedrecísticos pero declinan intentar enseñar los conceptos del juego, o por lo menos no insisten demasiado en empezar a enseñar pronto (yo intento hacerlo ya a partir de los dos años y medio) ajedrez. Recuerdo que algo que hice en mis comienzos como monitor fue que leí muchos libros de historia de ajedrez y de anécdotas que ocurrían en los campeonatos: estas historietas las utilizaba para compararles el mundo de la competición del ajedrez con la vida y por supuesto adaptando las historias a su edad, de forma que fuera fácilmente entendible para ellos. Recuerdo todavía riéndome para mis adentros, que algo que descubrí que les gustaba bastante eran historias de las trampas que utilizaban algunos jugadores y como se les descubría…



Estoy convencido de que sí se pueden enseñar conceptos ajedrecísticos, de forma lúdica y de un modo que interese a los chicos y que lo puedan asimilar creando las primeras conexiones cerebrales en su cerebro que tengan ya que ver con el juego del ajedrez. Desde mi experiencia, he querido aprovechar este componente lúdico y creativo y también aprovechar el valor que las nuevas tecnologías pueden aportar al aprendizaje infantil.



Ajedrez para niños con chupete

La psicóloga y docente Lorena García utiliza un tablero gigante en el suelo para transmitir valores


Algunos de los niños de dos años que participarion el pasado día 28 en la actividad de ajedrez educativo en Tacoronte (Tenerife) Lorena García
Atención, concentración, seriación (ordenar cosas en serie), clasificación, psicomotricidad, lateralidad, geometría elemental… Son habilidades muy importantes para los niños de 2 años. Y varias experiencias indican que el ajedrez es sumamente útil para enseñarlas. La más reciente ocurrió el pasado día 28 en Tacoronte (Tenerife), donde la docente Lorena García dejó asombrados a los padres y educadores, y muy contentos a los niños.
Los padres recibieron con gran escepticismo la invitación de Lorena para una actividad con sus hijos en el centro municipal de Educación Infantil La Bombillita Feliz. Tenesara Acosta, madre y educadora profesional, fue una de los sorprendidos: “La imagen que teníamos del ajedrez era un juego complicado, poco propicio para emplearlo como herramienta pedagógica con niños tan pequeños.Pero lo que vimos fue todo lo contrario. El método de Lorena es muy eficaz; de hecho, ya he pedido que hagamos más sesiones similares”.


Como educadora, Acosta vio que el tablero gigante, las piezas, sirvieron “para trabajar sobre todo la atención, y también la seriación (colocar alternativamente o por parejas piezas blancas y negras). Y añade: “A esa edad, los niños tienden al juego libre, y les cuesta mucho estar atentos a instrucciones o indicaciones; pero Lorena consiguió mantener su atención durante 70 minutos, lo cual es extraordinario”.
Raquel Mena también es madre y educadora a la vez. Y su impresión es muy similar a la de Acosta: “Mi hija disfrutó mucho; luego, en el camino a casa, iba cantando en el coche las canciones sobre las piezas de ajedrez que había aprendido. Y como educadora vi que los niños conservaban la motivación en todo momento, y además trabajaron la psicomotricidad, elementos geométricos básicos como el cuadrado, la seriación y otros elementos que a esa edad me sorprendieron un montón. Uno de los aciertos de Lorena fue cambiar de actividad o de juego cada poco tiempo, que es una de las claves con niños tan pequeños”.


Lorena García, psicóloga, docente e investigadora de la Universidad de La Laguna Fundación Kaspárov Iberoamérica
Lo que Tenesara y Raquel probablemente desconocen que Lorena sabía muy bien que sus probabilidades de éxito eran grandes, por experiencias conocidas en otros países (Colombia, Uruguay, Argentina y varios lugares de España). Y también por su propia formación: es psicóloga, investigadora, docente, ajedrecista y madre de dos hijos. Fue una de los autores del primer estudio en el mundo, realizado por la Universidad de La Laguna, cuya conclusión es que el ajedrez también desarrolla la inteligencia emocional, no sólo la cognitiva. También participa en un proyecto conjunto, financiado por la Unión Europea, de las universidades de La Laguna, Lublin (Polonia), Kaunas (Lituania) y Alicante. Es ponente de la Fundación Kaspárov, y está contratada por el Gobierno de Canarias para la formación masiva de docentes en ajedrez educativo.


Está convencida de que no hay otra herramienta tan eficaz como el ajedrez para los fines que ella persigue: “Si lo comparamos, por ejemplo, con el parchís, su potencial educativo es mucho mayor, por la cantidad de campos distintos que te permite trabajar. Además, es algo de enorme continuidad; puedes empezar a utilizarlo con niños de dos años, pero te seguirá siendo útil en Primaria, como materia transversal en Educación Emocional, o interdisciplinar en clase de Matemáticas u otras asignaturas; e incluso en Secundaria, para trabajar la toma de decisiones y resolución razonada de problemas”.



Dado el éxito de la semana pasada, Lorena considera muy probable la continuidad: “Fue un acierto que vinieran los padres, porque han visto con sus propios ojos lo bien que funciona. Lo fundamental ahora sería formar a las educadoras de las guarderías, para implantarlo a la mayor escala posible”.



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